¿Cuáles serán las tendencias en diseño para 2022/23? Investigamos para dar respuesta a esta pregunta, de la mano de la experta en tendencias Pepa Casado de Future-A, que nos habla en exclusiva de las cuatro grandes tendencias que vienen, como se expresarán y cómo será su look&feel.

Estamos asistiendo a un momento de gran cambio, cambio en cuanto a cómo consumimos y en cuanto a cómo vivimos. Cambia la forma en la que habitamos, marcada por la incertidumbre respecto al futuro. Y todo esto provoca que vivamos en un momento de aceleraciones: las tendencias se han acelerado y van a llegar muchísimo más rápido.

En esta Trends Talk, Pepa Casado nos presentó los drivers que marcarán el diseño en los próximos años. Cómo entendemos, después de la pandemia, la casa, los espacios públicos o la oficina. En definitiva, entender dónde están nuestros clientes, para entender cuales son las tendencias que tendrán sentido para nuestros productos.

El informe define cuatro grandes tendencias. La primera de ellas, Time to Heal, presenta el hogar como espacio curativo. Se traduce en dos manifestaciones: Home Therapy y Vibrant Functionality. En esta primera expresión, podemos apreciar una visión mucho más sensible respecto al interiorismo, basada en el autocuidado y la salud. La representación estética de esta idea se traduce en materiales naturales como las maderas, las formas curvas... El tacto será especialmente importante, como respuesta a esta pandemia de la soledad, expresado muy gráficamente con el fenómeno “skin hunger”.

La expresión Vibrant Functionality, apuesta por interiores que generen una sensación de bienestar, captura la necesidad de esperanza, y reivindica un diseño que pone en contacto a la gente. Se caracteriza por el uso del color en bloque, luminosidad, expresividad y optimismo; abogando también de forma muy clara por la idea de la flexibilidad y por productos que se puedan adaptar de manera sencilla a diferentes funcionalidades. Las divisiones en las categorías de producto van a tender a difuminarse, provocando muchos cambios en las carteras de producto de los fabricantes.

La segunda tendencia, Conscious Deceleration. Refleja los cambios en los comportamientos de consumo desde un punto de vista ético y funcional, valores que influyen en la decisión de compra. Las dos expresiones que la definen son: High-end-Craft y Pre-love.  En High-End-Craft encontramos mucho más color, la artesanía se convierte en punto de referencia para el diseño, conectando con el consumo responsable y la transparencia. Los productos están hechos para durar, se recupera la artesanía y su estética propia, aunque se aplique a un producto industrializado. 

La segunda expresión, Pre-loved, se basa en la nueva era de la sostenibilidad, y posee por primera vez una estética original generada a partir del reciclaje. Se consolidan nuevos canales de venta, como los de la ropa o mobiliario de segunda mano, impulsados por la mayor concienciación de los consumidores y por la parte filosófica de la transacción económica del producto. El look & feel de esta manifestación está muy influenciado por los colores que se generan de estos nuevos materiales reciclados.

Green-pocalypse es la tercera tendencia, y surge de la falta de contacto con la naturaleza. Durante el encierro nos hemos replanteado cuál es nuestra relación y qué efecto tiene esta privación de la naturaleza en nuestra salud. Rewilding, el deseo de acercarse a la naturaleza en bruto, es la primera expresión de esta manifestación, que se ve reflejada en los nuevos planes de las ciudades para acercar la vegetación al individuo. Se acelera la tendencia de fusión interior-exterior, muebles biodegradables, y productos de impacto positivo que van más allá del producto de impacto 0. 

La segunda expresión de Green-pocalypse es Meditative spaces, tendencia que es especialmente importante en hoteles. Busca espacios que nos permitan desconectar del estrés y de la tecnología, lugares de soledad buscada. A nivel estético vemos espacios brutalistas que introducen la naturaleza, creando diseños con toques místicos o formas totémicas, que reflejan una  búsqueda de la espiritualidad que ayude a sobrellevar la incertidumbre. 

La cuarta de las tendencias es la llamada Newstalgia. En ella se recuperan estéticas del pasado pero con acentos futuristas. En la primera de sus manifestaciones, Digital escapist, vemos cómo la tecnología ha influido en esta visión nostálgica. Las nuevas formas artísticas del rendering se introducen en el sector del hábitat, creando una nueva manera de expresar el producto y contextualizarlo, llegando a convertirse en realidad. A nivel estético se apuesta por colores rosas, tonos que vienen de las pantallas, generando espacios oníricos donde las transparencias y los efectos ópticos son importantes.

Days of future past, es una expresión mucho más nostálgica, pero con una sensibilidad muy actualizada. Se recupera el estilo de los años 70 italianos y los años 20, creando unos interiores muy eclécticos y muy elegantes, en los que predominan los colores envejecidos. Los espacios reivindican una naturaleza de aire romántico, y nos volvemos a rodear de objetos con significado emocional, una tendencia radicalmente distinta a lo que veíamos en los últimos años. 

Al finalizar la presentación, tuvo lugar una mesa de debate con la participación de Anna Arará, directora comercial de Brucs, y Alicia Bertolín, directora de operaciones de Grupo Lober.

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